En el Blog de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo, el pasado 31 de marzo han incorporado un post titulado “Presupuesto y financiación de la formación para el empleo en 2016”, sobre cuyos datos es conveniente reflexionar.

  • De la totalidad del presupuesto del 2016 para el sistema de Formación Profesional para el Empleo (2.203 millones €), el 86% (1.904 millones €) provienen de los ingresos procedentes de la cuota de formación que pagan empresarios y trabajadores, representando un 8% lo que aporta el Estado (176 millones €).

Resulta imprescindible un mayor esfuerzo económico por parte del Estado, complementario a los fondos provenientes de la cuota, ya que no hay que olvidar que dentro de este sistema también se financia la formación de los desempleados que nunca han cotizado previamente, de los funcionarios públicos (INAP), de autónomos y de otros colectivos no cotizantes.

  • Respecto al destino de los fondos, hay destacar que en el 2016 se dedicarán 610 millones a la Formación programada por las empresas y permisos individuales de formación, sólo 5 millones más que en el 2015 (modesto incremento del 0,83%), sin que podamos obviar que son las empresas las auténticas protagonistas del sistema de formación, entre otras razones, porque son ellas las que lo financian.

Por ello, resulta imprescindible aumentar esta partida presupuestaria ya que todavía hay un largo recorrido de crecimiento del consumo de estos créditos de formación por parte de las empresas debiéndose, por una parte, fomentar el acceso de nuevas empresas al sistema (en 2014 fueron 472 mil empresas las que utilizaron sus créditos) y, por otra, incrementándose el porcentaje de retorno sobre lo cotizado anteriormente. Sólo 610 millones de los 1.904 millones de euros recaudados por la Seguridad Social retorna a las empresas.

Así de los 1.904 millones recaudados por la Seguridad Social para la formación permanente se destinan únicamente 610 millones de euros para la formación programada por lasempresas. Resulta imprescindible incrementar el porcentaje de retorno a las empresas para que puedan realizar la formación que estas consideren que facilita la mejora de su competitividad y incorporarse a la disrupción exponencial que se esta produciendo en todos los sectores.